Dicen algunas lenguas que había tres polluelos. Y que una garza real se los ha comido. Cosas de la vida, imagino.
Por si viene una garza, sea real, imperial o blanca, yo voy a vivir sin mirar los peligros que puedan venir. Porque nunca nada te avisa de cosas, que de repente, te agarran del cuello, y te levantan los pies al aire.
Espero que los polluelos hayan sido felices esos pocos días de vida que han vivido. No los hemos conocido y no sé si me alegro por ello.
Un beso de mañanas de patos y patas. mjo
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