Traigo la cabeza llena de sol y queso manchego. Enamorada de una Granada bulliciosa de vida, té y calles de piedra. Cornetas, tronos y pasos. La emoción que se sale por las costuras de mis prendas. Belleza, juventud, osadía. Mi joven hijo acaricia a Nela como si fuera de su pertenencia. Y Nela se acerca a él como si no hubiera nadie más en la tierra. Benditas vacaciones que nos regalan imágenes, sonidos y alegrías. En Málaga, personas amigas que comparten su casa, su vino, sus bromas. Cartas que desvelan secretos y paseos que no llevan a ninguna parte. Qué bonita está la tierra en primavera, con el verde de los olivos, el mar al fondo, el aire limpio. Quisiera volver, y librarme de esta lluvia que no quiere parar en días. Quisiera despertar con esos locos pájaros que me decían: corre, corre, que ya empieza otra vez la vida. Y saborear la noche sin prisa, mirando una luna enorme y brillante. Y las siestas al aire, sintiendo no poder abrir los ojos de puro gusto. Anestesiada por la brisa y el calor suave de abril.
Lindas vacaciones en las que el cariño te protege y la sonrisa de los chicos te recuerda que todo va bien, a pesar de todo.
Un beso de aceite. mjo
3 comentarios:
Qué bonita descripciòn de Màlaga!!!
Y qué bien tienen que saber esos besos de aceite!!!
Si el aceite es rico, los besos ... imagínate.
Ummmm!!! Pues ricos y sabrosones!!!
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