«La soledad, como los largos amores, se vuelve más profunda con el tiempo, y confío en que no me falle a medida que mi poder creativo vaya mermando, pues crecer en soledad es un modo de crecer hasta el final.»
Hace un tiempo, ella, otra ella y yo, decidimos hacer algo más frecuentes nuestros encuentros. Gracias a mí, y lo digo sin una pizca de presunción porque es la pura verdad, ella conoció a alguien a quien yo ya conocía de antes, y resultó, que entre las tres, componíamos un triángulo perfecto. Porque perfecto es todo aquello que no va unido a obligación y que deja el buen sabor de boca propio de una tarde de primavera. Así somos. Nos citamos, nos juntamos, disfrutamos y nos vamos por el mismo camino por el que vinimos. Sin mayores pretensiones. Sin molestias propias del compromiso. Sin preocupaciones.
Gracias a ella, a una de ellas, escucho a Belle & Sebastian y pienso, nostálgica, en aquellos maravillosos años nuestros de carrera. I want the world to stop.
Ella, una de ellas, está leyendo ahora La casa junto al mar, de May Sarton. "La soledad como los largos amores, ..." son palabras de la autora.
Un beso a la chica del limonero desaforado. mjo
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