A ritmo de bolas vamos haciendo las camas. Cuando cantan distinto, vamos a la carrera. Es bonito el día de la Lotería nacional (ahora que estamos justo sin saber para donde mirar). Es otro clásico de la Navidad. Ya sólo me quedan las compras y los regalos. Sí, soy de las que lo dejan todo para el último momento, así lo saboreo de manera más intensa (jeje). Prueba, prueba. Eso de no tener ni una uva, ni un polvorón a día 22 de diciembre es un puntazo. Luego todo de golpe, y luego todo desaparece sin incordiar. Cada cual tiene su fórmula. Hay personas que durante largo tiempo van haciendo acopio de cosas ricas para esas noches en familia. Yo no. Me las comería todas.
Bueno, yo sigo con mis obligaciones y espero que salga pronto el gordo porque tengo que salir a comprar el pan. Vamos, vamos. Y que acabe en 9 por favor.
Un beso afortunado. mjo
Nota: El telediario no lo veo, que si cuentan anécdotas de las personas premiadas me llevo un berrinche. (No por envidia, sino de emoción. Soy un poco boba. Y no me puedo cambiar.)
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