"Quizá haya gente mala con gorro de cocinero, pero para levantarse tan temprano y acostarse tan tarde, para pasar tanto frío por las mañanas al recibir la mercancía y luego tanto calor delante de los fogones, para soportar tanta tensión cuando empieza el jaleo que luego te quedas frito en el primer café que pillas abierto en tu hora de descanso, para tomarte la molestia de meter unas verduras escaldadas en baños de hielo para que conserven sus bonitos colores y, por hacer todo eso, quedarte con la tez macilenta el resto de los días, para acabar hecho polvo y aún así tener ganas de ponerte un un delantal en tu día libre y alimentar a los amigos, la familia, los amigos de los amigos, a toda esa gente encantada de tener un cocinero a mano, y que eso te haga feliz, creo que hay que ser buena persona. Ser generoso al menos. Valiente, sin ninguna duda. Porque eso de saciar el hambre de los demás es muy ingrato. Pero que muy ingrato... Siempre hay que volver a empezar."
Anna Gavalda. Una vida mejor
Ayer, después de un día entero en el teatro, llegó, y nos preparó la cena. Una riquísima cena.
Un beso de agua para la infusión. mjo
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