Evidentemente yo prefiero la primera opción. Soy más de adelantarme al sol y empezar bien temprano con la lista de las ...hoy sin falta, que lo de trabajar hasta muy tarde. (Aunque si toca, toca.) Lo de trasnochar sí, pero para ir a bailar, reír o ver películas en el cine. Y quedar con las amigas, claro. Pero no para las tareas. Por las noches soy un pájaro que busca un nido calentito y no estoy para emprender nada, que seguro que no sale bien, pierdo el tiempo, el sueño y ... que no, que no merece la pena. Cuando la luz se va (y mira que en invierno se va bien pronto) yo ya no sirvo para gran cosa. Sin embargo, ay amiga, por las mañanas, con las energías renovadas tras un sueño reparador de cuerpos y pensamientos, soy capaz de todo.
Lo primero, hay que hacer la lista, organización, importantísimo. (Luego ya nos lo saltaremos todo según se nos cruce la vida, pero bueno, una buena lista siempre ayuda. Aunque escribas tonterías.) Y preparación de todo lo necesario para no andar dando vueltas sin sentido. Bufanda, llaves, pegamento para madera, las carpetas para la caperucita de las cuentas, la tela para la danza, un libro por si hay esperas, las cajas, la lista (sí, otra lista) de la compra, que en el frutero sólo queda una manzana. ¡Y a por todas! Que el día es largo, pero sobre todo por la mañana, que después de comer y hasta la hora de acostarse todo va de otra manera, y hay que hacer unas cuantas cosas.
Un beso, chicas del rincón y chicas de la rebotika. Nos vemos. mjo
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