Le hago prometer que no habrá malos sueños nocturnos tras la lectura. Me mira con una adolescencia chulesca que me provoca risa aunque disimulo, resopla mirando al cielo, sonríe de medio lado, y olvidándose de mí y del mundo entero, comienza a leer un nuevo libro. Pesadillas, su último descubrimiento en la Biblioteca. Del autor de terror R. L. Stine. Siempre lo he dicho, como si lee las instrucciones de la laca, pero que lea. Qué cosa buena.
"Tenía dos enormes ojos -uno a cada lado de la cabeza- y dos finas antenas que me salían de la frente. La boca, repugnante, contenía una especie de lengua. Pronto descubrí que la podía mover en cualquier dirección y alargarla o acortarla a mi antojo. No quise probarla de momento. El cuerpo se hallaba cubierto de un espeso pelo negro y contaba con tres patas a cada lado. ¡Sin olvidar las alas que me salían de la espalda!"
Un beso de abejas mutantes después de comer. mjo
No hay comentarios:
Publicar un comentario