Ayer la pasaron por un canal de la televisión. Por eso hoy tengo tanto (tanto) sueño. Hay películas que empiezan y dices: me voy a dormir, no merece la pena el trasnoche. Pero hay otras que no puedes no ver. Brubaker es de las segundas. (Seguido venía El golpe, pero ya era demasiado tarde.) ¿Cuántas veces las habré visto? No puedo hacer el recuento. Me encantan. Son las películas que veía en el sofá, los sábados por la noche o los domingos después de la comida, con castañas o palomitas, con mi hermano, mi hermana, mi ama que hacía punto si en la peli de turno no había mujeres o niños, y mi padre que siempre me ha parecido una mezcla entre John Wayne y Robert Mitchum. Qué recuerdos.
De todas formas yo quería escribirte sobre otro film: La Teoría del Todo. La extraordinaria historia de Jane u Stephen Hawking. La tienes en la Biblioteca. Nueva. Recuérdame que el próximo jueves hablemos de películas de biografías y memorias. Merece la pena.
Un beso de antigua taquillera. mjo
Nota: Ahora veo las películas con alguien que comparte átomos con Johnny Depp y Christian Slater. Cosas mías.
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