A veces, la vida se gira y te encuentras con una amiga (su marido y los dos hijos) y la cosa se anima. Parecía una tarde triste y sin embargo este encuentro da la vuelta a la tortilla. A cenar con se han quedado, no era el día, pero hemos estado un rato charlando, bromeando y haciendo planes. Pronto, antes de Navidad, cenamos en casa. Prometido. Dejo aquí constancia, aún sabiendo que esto a mí no se me olvida. Me gusta estar contigo, compañera.
Un beso con foto de Mangamore 2017. mjo
Nota: hoy hemos acudido a una exhibición de Kimono, mañana ...el ritual del té.
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