Ayer me dolía todo. Solo quería dormir y comer. Comer y dormir. Así, en bucle. Pachucha, pachucha. Cuando volví de las clases me tiré al sofá con 3 mantas (sí, 3) y me entregué al malestar general como quien se rinde en una batalla vikinga. Todo me parecía imposible. Todo difícil. Todo.
Hoy no me encuentro peor, lo cual, me parece la pera.
Un beso de hoy toca cuidarse. mjo
Nota: Entre dolores e infusiones terminé dos libros que quería leer. No todo iba a ser malo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario