domingo, 5 de abril de 2020

La familia trapisonda


Cuando ya habíamos puesto orden y limpieza en la sala de nuestra casa, voy yo, ...y abro mi bocaza: ¿Y por qué no pintamos el mueble bajo con pintura blanca? Y es que ¡no me puedo estar callada! Tal vez, y lo escribo en mi defensa, lo he dicho para tener un nuevo proyecto que nos apetezca para pasar el rato. Hay que aliviar fantasmas, eso está claro, y si en otras familias se hace gimnasia y galletas de mantequilla, aquí, ... socorro, pintamos muebles y cajas. Tener pintura guardada y estar de cuarentena tiene sus peligros, guapa. Menos mal que ya no queda mucho, porque no sé hasta donde puedo ser capaz de meter la pata. Además, es curioso, no han transcurrido ni diez minutos entre mi propuesta loca y su mano experta agitando la lata, pero luego, y aquí viene mi asombro, llevo más de 20 años pidiendo viajar a Praga y todavía no he logrado los billetes para el vuelo. Incríble pero cierto.

Mal repartido está el mundo de los deseos. Mal, mal. 

Un beso de familia de tebeo. mjo 

Nota: Solo espero que no me de por decir que el sofá también estaría muy bien en blanco.

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